Gran día de la emancipación guayaquileña del 9 de octubre de 1820
liderada por los valientes gestores.
La independencia de la ciudad de Guayaquil, fue un
proceso importante durante la historia, Guayaquil contaba casi con 15000
habitantes entre ellos eran 1300 soldados del ejército realista, todos con el
propósito de luchar por la libertad. En 1814 varios políticos entre ellos: José María de la Concepción de Antepara y Arenaza, José Joaquín Eufrasio de Olmedo y Maruri,
y José de Villamil y
Joly, habían llegado del extranjero para propugnar la independencia, la
democracia, la república y no un simple
cambio de autoridades. En este período, también llegaron a la ciudad
de Guayaquil, otras personalidades partidarias de la independencia. Entre ellos
se destacaron: León de Febres Cordero, Luis Urdaneta y Miguel de Letamendi, miembros del Batallón Numancia que
habían sido expulsados de Venezuela por apoyar la emancipación del territorio.
El domingo 1 de Octubre de 1820,
por la mañana, los próceres José de Villamil y Joly con José de Antepara, visitan a los esposos Morlás, para organizar un homenaje por el nombramiento de Villamil como procurador General. El baile se celebró
en la casa del prócer José de Villamil y Joly y de su esposa Ana de Garaycoa y Llaguno, esto era una forma
de distraer la atención para que los patriotas se puedan reunir en secreto y
planificar la revolución, para declarar la Independencia de la corona española.
Su vivienda fue la sede de reuniones de los patriotas, ubicada en la
calle de la Orilla actual (Malecón Simón
Bolívar).
En el día
2 de octubre, José de Villamil y Joly se reunió con los líderes
Peña y Escobedo de los batallones Milicias y Granaderos de Reserva, los
militares apoyaron la causa independentista. Igualmente, acordaron tratar de
convencer a los jefes de otros cuerpos militares pero era difícil por ser
españoles.
El 3 de Octubre, un grupo de militares
y civiles llegaron a la casa de José Joaquín de Olmedo para proponerle que
fuera el líder del movimiento independentista. Olmedo se negó porque era un poeta y no militar considerando que la Revolución
es de todos los guayaquileños. Entonces decidieron consultar y buscaron una opción
entre el coronel Jacinto de Bejarano, Don José Carbo y Unzueta y el capitán
Rafael de la Cruz Ximena. Coincidiendo
con la opinión de Olmedo resolvieron
actuar todos en nombre de la Patria.
El párroco español Francisco de
Querejasú denuncia desde el púlpito de la iglesia de San Francisco, que se está
preparando un levantamiento contra la corona española, provocando la alerta
general entre las autoridades, inmediatamente la ciudad es sitiada por las
tropas españolas, reforzadas con personal proveniente de Quito y Lima.
El día 5 de Octubre, las dudas comenzaron a
aflorar en varios de los conjurados. León de Febres Cordero intentó animarlos
con el siguiente discurso: En nombre de América, os ruego compañeros, no dejar
escapar tan favorable ocasión de hacer un gran servicio lanzando la provincia
de Guayaquil a la revolución».
EL 7 de octubre, cuando los independentistas escucharon el rumor del religioso,
padre Querejasú, denunciado la organización de la revolución, los conspiradores
pretendieron actuar lo antes posible, mientras que otro grupo prefería esperar
para que los ánimos se calmaran. Pero en la casa de José de Villamil y Joly los patriotas resolvieron adelantar las acciones.
El 8 de octubre a las ocho de la noche, el capitán venezolano
León de Febres Cordero y sus tropas decidieron tomar militarmente el Cuartel de
la Brigada de Artillería Española, que contaba con 200 efectivos, donde se encuentra ubicada actualmente la administración municipal.
En la madrugada del lunes 9 de octubre, los capitanes León de Febres Cordero y Damián Nájera llevaron con engaño al comandante español
Torres Valdivia a la casa de Cap. Damián Nájera y
Murillo, con
la excusa de convidarlo a un partido de naipes. En ese instante fue arrestado
justificándole que era la forma
conveniente de prevenir que él se interponga en contra del movimiento
independentista.
El capitán venezolano León de Febres
Cordero y sus tropas se tomaron militarmente el Batallón Granaderos de Reserva,
que contaba con 600 soldados, participando los soldados Abdón Calderón Garaycoa
y el militar peruano Gregorio de Escobedo. El resto del Batallón se alojaba en
la parte sur de la Casa Consistorial, situada en los terrenos del actual
Palacio Municipal.
En el batallón “Daule” el comandante
Joaquín Magallar se enfrentó al Capitán Luis de Urdaneta y
fue abatido junto a ocho soldados que secundaron su acción, la muerte del comandante Magallar fue la
única que se dio en la toma de la ciudad. Por la mañana del 9 de octubre
de 1.820 se organizó una Junta de Guerra presidida por Luis de
Urdaneta, donde se nombró a José Joaquín de Olmedo como
Jefe Político y al teniente
Gregorio Escobedo como comandante militar.
El 9 de octubre
de 1820, el teniente peruano cacique Hilario Álvarez al mando de sus tropas
apresa al comandante español Benito García del Barrio en su
residencia, quien era la máxima autoridad del cuartel español del Batallón
de Caballería Daule. Al tomarse esta instalación, cayó el Fuerte Militar San Carlos ubicado al
frente del Batallón en la actual avenida Malecón Simón Bolívar.
Siendo la 5 de la madrugada, desde el balcón de su casa,
José de Villamil acompañado del prócer León de Febres Cordero y del pueblo de
Guayaquil se dio cita al
lugar. Luego José Joaquín de Olmedo junto
a los patriotas firma el Acta de la Independencia de Guayaquil a las 10 de la
mañana. En esta primera sesión acordaron “declarar la Independencia por el
voto general del pueblo”, como se lee textualmente en el Acta de Independencia
que se redacta en ese mismo momento y es firmada por José Joaquín de Olmedo.
Este documento es fiel testimonio de que Guayaquil es libre e independiente por
el esfuerzo y el patriotismo de sus hijos, representados magistralmente por los
próceres de la Revolución.
Conquistada
la libertad el 9 de Octubre de 1820, José Joaquín de Olmedo, presidente del
Gobierno Provisorio de Guayaquil, envió al día siguiente tres comisiones para
difundir la buena nueva de la Independencia. El prócer Diego Noboa fue
comisionado para difundir la noticia de la libertad a los pueblos de Manabí y
al resto de la Provincia Libre de Guayaquil.
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