jueves, 24 de septiembre de 2020

QUITO DECLARADA CAPITAL DEL ECUADOR 24 DE SEPTIEMBRE DE 1830

 



Quito hermosa capital milenaria de los ecuatorianos.

San Francisco de Quito, es  reconocida  como Luz de América y  Carita de Dios,  es  la  ciudad  más importante del Ecuador, y reconocida en  América Latina por su  gran riqueza artística, cultural y arquitectónica.

Durante la época precolombina habitaban diferentes grupos indígenas,  entre ellos los Quitus por tal motivo la ciudad lleva su nombre, al inicio del siglo XVI los incas controlaban toda la región y Quito fue la capital de la mitad,  en la parte norte del Imperio Inca.

En 1533 el general inca Rumiñahui destruyó la ciudad para que no sea conquistada por los españoles. Un año después los españoles conquistaron a los incas, inmediatamente  Sebastián de Benalcázar reconstruyó la ciudad nombrándola San Francisco, debido al patrono y al conquistador Francisco Pizarro.

En el primer  período de gobierno de Juan José Flores, Quito fue declarada capital del Ecuador el 24 de septiembre de 1830,  según el decreto expedido en la ciudad de Riobamba por el primer congreso constituyente, considerando que  luego  de la guerra civil  el Distrito del Sur se separó  de  la Gran Colombia, dando lugar a un nuevo estado independiente.

El decreto oficial en cada uno de sus artículos detalla lo siguiente:

§  Artículo 1: La Capital del Estado Ecuatoriano será siempre la ciudad de Quito.

§  Artículo 2: El Congreso celebrará en ella sus sesiones.

§  Artículo 3: Los altos funcionarios de los poderes Ejecutivo y Judicial residirán en dicha ciudad. Cuando se halle apestada, invadida por el enemigo, o en momentos difíciles, el Presidente de la República podrá llevarla a otro lugar y la regresará enseguida que pase el peligro.

§  Artículo 4: Ninguna orden, decreto o reglamento que diere el Gobierno fuera de la nombrada Capital y sus cinco leguas, tendrá valor.

 

 

miércoles, 23 de septiembre de 2020

DÍA DE LA BANDERA NACIONAL 26 DE SEPTIEMBRE DE 1860




El 26 de septiembre se conmemora el día de la Bandera Nacional del Ecuador, para los ecuatorianos es un símbolo emblemático que declara el valor y patriotismo de nuestros héroes.
 La misma que obtuvo varios cambios a través de los años, siendo diseñada  mediante los eventos   que marcaron nuestras vidas como el primer grito de independencia, la inmolación de los próceres de la independencia hispanoamericana.

A través del decreto ejecutivo establecido el 26 de septiembre de 1860,  por el expresidente Gabriel García Moreno se determinó que   los colores  de la Bandera Nacional  con  franjas horizontales sean  doble amarillo,  un azul y  un rojo.                                                                                                                               En la presidencia  de Eloy Alfaro, el Congreso Nacional se reunió el 7 de noviembre de 1900, según el registro oficial N° 1725 para confirmar por medio del Decreto Legislativo,  que la Bandera Nacional sería sin cambio desde que se adquirió la independencia  del Ecuador, conservando los colores con franjas horizontales de superior a inferior, doble amarillo,  un azul,  un rojo y  a su vez  llevaría en el centro el Escudo Nacional del Ecuador.

El Congreso Nacional en 1955,  designó el 26 de septiembre como el día de la Bandera Nacional,   para el uso de actos cívicos entre los cuales se encuentra el juramento a la bandera,  por  los estudiantes del último año de educación  básica y bachillerato demostrando lealtad, respeto e integridad como ciudadanos de una patria libre.

La bandera tricolor  de  nuestra patria es semejante a la  bandera de Colombia y Venezuela  que hace mucho tiempo fueron integrantes de la Gran Colombia.

Significado de los colores de la bandera.

El color amarillo representa el sol, el oro y la riqueza de nuestro país.

El color azul representa el océano  y el cielo ecuatoriano.

El color rojo representa la sangre que vertieron los héroes para darle  la libertad a nuestra nación.

Día del juramento a la bandera.

Los oficiales de las tres ramas de las Fuerzas Amadas, Autoridad de Tránsito Municipal, Comisión de Tránsito del Ecuador, Policía Nacional, cadetes de colegios militares, autoridades civiles, autoridades, estudiantes y padres de familia de los  institutos, colegios y escuelas rinden un digno homenaje a nuestra bandera que es un emblema nacional de integridad y soberanía de la patria.

Himno a la Bandera.

Es una canción patriótica que se entona, después del juramento a la bandera o antes de las ceremonias de retiro de las banderas.

 

 

 

domingo, 9 de agosto de 2020

INMOLACIÓN DE LOS PRÓCERES DE LA INDEPENDENCIA HISPANOAMERICANA 2 DE AGOSTO DE 1810



Recordando la masacre del 2 de agosto de 1810 .

El motín del 2 de agosto de 1810, fue un disturbio ciudadano ocurrido en Quito, capital de aquel tiempo la Audiencia y Cancillería Real de Quito, en la que la agrupación de patriotas asaltó el Real Cuartel de Quito con la pretensión de liberar a los próceres que habían colaborado el año anterior en la Primera Junta de Gobierno Autónoma de Quito y que habían sido denunciados de crímenes de lesa majestad para los cuales el fiscal pedía pena de muerte.

La población quiteña asaltó dos cuarteles y una cárcel pero las jurisdicciones realistas reaccionaron ejecutando a los presos. Luego,  el conflicto se extendió a las calles de la ciudad. Entre 200 y 300 personas (1% de la población de entonces), perdió la vida en  el combate. El saqueo de las tropas realistas produjo pérdidas valoradas entre 200 y 500 mil pesos de aquel año. La matanza como venganza,  fue organizada por el gobernador realista, Manuel Ruiz Urriés de Castilla y Pujadas, I conde de Ruiz de Castilla, tuvo amplia trascendencia en toda la América Hispana, como un acto de crueldad y justificación de la "Guerra a Muerte" decretada por el libertador Simón Bolívar.

El Primer Grito de Independencia. El 2 de agosto de 1810

Los realistas de Quito y la Audiencia no fue de agrado el anuncio de la llegada del delegado regio Carlos de Montúfar.  Prontamente enviaron  a Bogotá el juicio en contra de los patriotas, esperando  las sentencias de muerte dictadas por el virrey. La persecución fue a todos los implicados,  como también a todas las clases sociales:

"El marqués de Miraflores murió de aflicción, cautivo en su propia casa, y cuando el gobierno traslució la muerte, mandó custodiar el cadáver y lo conservó hasta que fue enterrado, pues presumió que se trataba de una fuga bajo el amparo de la mortaja de los muertos. La ampliación y persistencia de esta persecución alarmó a todas las clases  sociales, y fueron centenares los que se ocultaron o huyeron buscando seguridad. Los víveres, en consecuencia, comenzaron a escasear hasta el término de comprarse la fanega de maíz en diez pesos, la de trigo en cuarenta y así todos los alimentos; y las tropas que habían llegado, apoyadas a la protección de Arredondo, pusieron a rienda suelta sus  malas tendencias e injusticias. Ruiz de Castilla  dominado por el imperio de Arredondo, se dejaba llevar como un niño.”

La incertidumbre entre los quiteños y los realistas iba  fortaleciéndose. Empezaron los rumores de asesinar  a los presos y del propio delegado regio, quien aún no arribaba a Quito. Un capitán de apellido Barrantes advirtió con ejecutar a los presos si las turbas intentaban asaltar la cárcel, rumor que surgió a correr a fines de julio y principios de agosto. Entonces, grupos de vecinos formularon un plan para liberar a los presos. Se atacarían dos cuarteles: el Real de Lima y el de Santa Fe, que actualmente forman el Centro Cultural Metropolitano de Quito, y una casa cercana denominada El Presidio, donde estaban presos los hombres del pueblo llano. Intento de liberación de los reclusos

Cuartel Real de Lima (actual Museo Alberto Mena Caamaño), lugar en el que acontecieron los  eventos.

Llegó entonces el jueves 2 de agosto de 1810, poco antes de las dos de la tarde las campanas de la catedral tocaron a la convocación. Era la señal acordada para que los conspiradores, que paseaban discretamente por la Plaza Mayor, y los atrios de la catedral y la iglesia de El Sagrario, entraran en acción. Se considera que no menos de tres mil soldados tenía el ejército colonial, a los que planeaba enfrentarse un puñado de patriotas.

El primer ataque fue contra El Presidio, según destaca Pedro Fermín Cevallos:

Llegó el día y la  hora en que los conspiradores acababan de asegurarse, sonando las campanas de alarma, y los llamados Pereira, Silva y Rodríguez, capitaneados por José Jerez, acometen contra el penal, matan al guardia de una puñalada, hieren al oficial de servicio, dispersan a los vigilantes y se incautan  sus armas. En esta cárcel había sólo una escolta de seis hombres con el oficial y cabo respectivos, logran  libertar a los presos, se visten, en junta de seis de estos, de los uniformes que encuentran a mano, y salen hechos soldados y con armas, directo a los cuarteles en auxilio de sus compañeros, a quienes suponían luchando todavía, conforme al acuerdo estipulado. Los otros presos huyeron la mayor parte, y cinco de ellos, atribuyéndose de honrados, se quedaron en el presidio para acoger poco después una muerte injusta.

El segundo ataque fue contra el Cuartel Real de Lima, en la actual calle Espejo:

Al repique de las campanas, quince minutos antes de la hora dada, Landáburo a la cabeza, y los dos hermanos Pazmiños, Godoy, Albán, Mideros, Mosquera y Morales, armados de puñales, obligan y derrotan la guardia del real de Lima, y quedan dueños del cuartel.  Con las armas  intimidan a los soldados que se  encuentran esparcidos por los pasillos bajos y patio, se van en cadena a los calabozos para dejar libre a los presos que, a juicio de ellos, era lo más necesario y apremiante para el buen triunfo de su valentía.

El capitán realista Galup, al prevenir el atraco, grita "fuego a los presos" y desenvaina la espada para atacar. Cae,  luchando con valentía atravesado por una bayoneta. En el primer momento, y tomados por sorpresa,  500 soldados de la guardia (del batallón de Pardos y Morenos de Lima) no mostraron demasiada resistencia; pero después reaccionaron y disparando un cañón hicieron fuego sobre los agresores.

Durante lo ocurrido, el tercer grupo, que debía atacar el cuartel de Santa Fe, no lo hizo. Esto dio tiempo a los militares neogranadinos de reaccionar. La batalla empezó a difundirse en las calles. El oficial realista Villaespesa cae muerto, por lo que el comandante de los neogranadinos, Angulo, se hizo presente en su cuartel y tomó el dominio del lugar.

Al llegar Angulo y no ser atacado, los soldados neogranadinos usan uno de sus cañones para derribar la pared que separaba su cuartel del Real de Lima, en donde se suman al conflicto. Los ocho quiteños que embistieron el cuartel fueron tomados por sorpresa; dos de ellos,  Mideros  y Godoy, cayeron muertos al procurar escapar. Angulo mandó cerrar la puerta del cuartel y comenzaron los asesinatos.

De oportunidad, la gente que había liberado a los detenidos en El Presidio procuró atacar el cuartel, pero desde el contiguo Palacio Real de las ventanas del cuartel empezaron a disparar los realistas, ahuyentando a los sublevados. En el interior, los soldados comenzaron a cumplir su amenaza de fusilar a los presos. Contrariamente a la creencia popular de que los mataron en los sótanos del cuartel -reforzada por la instalación de un museo de cera en el siglo XX-, la mayor parte fueron asesinados en los pisos altos y   solo un  preso del sótano murió. Incluso, quienes estaban en las catacumbas lograron llegar  a las alcantarillas y el estrecho bajo el edificio  logrando huir por ellas.

La consternación que tuvo la ejecución del prócer Manuel Quiroga, ejecutado frente a sus hijas, que habían acudido a visitarlo.

La forma en la que el joven sublevado Mariano Castillo se salvó de la masacre, haciéndose pasar por muerto, fue muy comentada:

Aconteció que otros próceres que se salvaron de la muerte por diferentes medios:

Don Pedro Montúfar, don Nicolás Vélez, el presbítero Castelo, don Manuel Angulo y el joven Castillo, de quien hablamos, fueron los únicos presos que, de los que ocupaban los calabozos altos, lograron huir. Montúfar se hallaba muy enfermo, y había conseguido  salir del cuartel tres días antes del fatídico día: Vélez disimuló ser loco ante el remate, y con tanta naturalidad que, mofándose de la inspección y examen de los facultativos, tuvo que ser arrojado a empujones del cuartel como insoportable demente; Castelo y Angulo consiguieron fugar en junta de los asaltadores al cuartel, porque posiblemente no estuvieron aherrojados como los otros presos, o estuvieron ya desengrillados. En los calabozos bajos sólo fue asesinado don Vicente Melo: el resto escapó,  uniéndose a Landáburo y  los Pazmiños,  huyeron por los agujeros que iban directo por la  quebrada que recorre bajo el cuartel.

La matanza en las calles de Quito

Estampilla donde se muestran imágenes de la matanza

Concluida la ejecución de los patriotas, las tropas coloniales empezaron a disparar a la población que se encontraba afuera del cuartel y en las calles próximas. Algunos de los conspiradores respondieron con fuego de fusiles y escopetas. El conflicto inició en la actual calle García Moreno. Los sublevados disparaban contra las fuerzas coloniales, hasta que fueron obligados a retornar hacia la actual calle Rocafuerte, donde está ubicado el Arco de la Reina y el Museo de la Ciudad (tradicional  hospital San Juan de Dios).

Los soldados realistas ascendieron al Arco y desde ahí cogieron en dos fuegos a los quiteños, frente a la Iglesia de la Compañía. Los quiteños se esparcieron, conduciéndose a los barrios de San Blas, San Roque y San Sebastián. Un testigo presencial, convocado por Cevallos, dice:

«Uno de los presos que salieron del prisión, dice el doctor Caicedo, se colocó en el acera de la Catedral, y desde allí arrolló a los mulatos (las tropas de Lima), acabados los cartuchos le acertaron un balazo. Quedó caído y medio muerto, y fueron a eliminarle con las cachas de los fusiles. Repitieron la escena con una india que estaba en la plaza (de la Independencia),  y con un músico que iba para el monasterio del Carmen de la nueva fundación. Todo esto pasó por mi vista».

Hasta algunas mujeres quiteñas se sumaron a la lucha, como refleja este testimonio:

Pasó una patrulla armada hacia el puente de la Merced,  vieron  pocas mujeres que no pasaban de seis. Se encargaron  de perseguirla y asesinarla,  con  piedras logrando ponerla en fuga vergonzosa.

La orden de Ruiz de Castilla, iba más a allá del simple saqueo: había dispuesto incendiar la ciudad como venganza. Otro español, el oidor de la Real Audiencia Tenorio, se opuso al castigo. Pero los soldados cumplieron con el resto del precepto, que consistía en:

Salieron todos los soldados en patrulla por todas las calles, matando a fuego y espada a cuantos encontraban en el camino, a cuantos veían en los balcones y cuantos se paraban en las tiendas y zaguanes; no escapándose de este rigor niños ni mujeres, de los cuales se sabe que fueron hasta trece y de las mujeres tres.

A la matanza, las tropas realistas se sumaron al saqueo. Precisan los testigos presenciales, en testimonios conservados por Cevallos:

Entraron en las casas que más noticias tenían de acaudaladas, y saquearon cuantos doblones, moneda blanca, alhajas, plata labrada y ropas encontraron. La de don Luis Cifuentes, al que le quitaron más de siete mil pesos en doblones, cincuenta y siete mil en dinero blanco. No contentos con robarse lo dicho, despedazaron muchos espejos de cuerpo entero, arañas de cristal y relojes de mucho aprecio, saliendo con los baúles a la calle en la esquina de San Agustín (Venezuela y Chile actualmente) a repartirse entre ellos todo lo que habían saqueado. Por la noche rompieron muchísimas puertas de tienda, y cobachuelas del comercio  las dejaron en esqueleto, continúan aún hasta hoy haciendo muchísimas extorsiones, hiriendo y lastimando a los que procuran defensa.

  

PRIMER GRITO DE INDEPENDENCIA, 10 DE AGOSTO DE 1809

 



El 10 de  agosto de 1809: Primer Grito de  Independencia del Ecuador, celebramos libertad e igualdad en nuestro país.

La noche del 9 de agosto de 1809, hubo una  gran manifestación por parte de los patriotas y  del pueblo criollo quiteño se reunieron en la casa de Manuela Cañizares, dama quiteña comprometida por la independencia del país. Decidieron reunirse un grupo conformado por nobles criollos, doctores, marqueses con el objetivo de organizar  una junta suprema de gobierno. En esta junta se nombró a Juan Pío Montufar Marqués de Selva Alegre como Presidente, el obispo Cuero y Caicedo como vicepresidente, en el despacho del Interior a Juan de Dios Morales, en el de Gracia y Justicia a Manuel Rodríguez de Quiroga y en el de Hacienda a Juan Larrea.  Los patriotas impresionaron a los comandantes españoles del cuartel de Quito y rodearon el Palacio Real, actual Palacio de Carondelet, con la finalidad de entregarle al  Conde Manuel Ruiz   Urries  de Castilla, quien era el presidente de la Real Audiencia, un oficio mediante el cual se le había suspendido de sus funciones.      

De inmediato las autoridades españolas (peninsulares) organizaron ejecutar la rebelión movilizando tropas desde Guayaquil, Popayán y Pasto con la misión de tomar Quito y finalizar con los rebeldes; al ser apresados y condenados, el pueblo de Quito promovieron acciones para liberar a los patriotas encarcelados en el Cuartel Real de Lima (actual Museo de Cera), acto que terminó en la masacre de los próceres el 2 de agosto de 1810 en la que invadieron no solo los pobladores de los centros urbanos de Quito; sino también desde los alrededores, siendo participes toda la colectividad social.

El Ministerio de Cultura y Patrimonio, a través de la Subsecretaria de Memoria Social, recuerda a la “Revolución quiteña”, como el “Primer Grito de la Independencia.”

 

jueves, 23 de julio de 2020

BATALLA DE JAMBELÍ Y DÍA DE LA ARMADA DEL ECUADOR 25 DE JULIO DE 1941






En la Batalla de Jambelí se defendió la soberanía de nuestra patria. Gratitud a la Armada del Ecuador
El combate naval de Jambelí ("incidente de Jambelí" según Perú y "batalla de Jambelí" según Ecuador) se desarrolló el 25 de julio de 1941. Fue un enfrentamiento entre el cañonero ecuatoriano BAE Calderón y el destructor peruano BAP Almirante Villar.
Esta batalla se realizó el día 25 de julio, cuando el destructor peruano "Almirante Villar”, zarpó de Zorritos con la misión de ingresar en aguas ecuatorianas y cumplir con la labor  de patrullaje y el allanamiento en la zona. Posteriormente, hallándose en proximidad al canal de Jambelí, observó al cañonero ecuatoriano "Abdón Calderón". El buque ecuatoriano, que se hallaba en su  travesía hacia Guayaquil,  reconoció al buque peruano, giró 180º  con relación  a su ruta, promoviendo la fuga hacia Puerto Bolívar mientras  realizaba disparos. El "Almirante Villar" procedió a  maniobrar en círculos evadiendo  su aproximación a la costa. Trascurriendo  21 minutos de intercambio de disparos por parte de ambos lados, finalizó el percance.2
 El destructor "Almirante Villar", siguió sus operaciones indefinidamente en el Teatro de Operaciones Norte hasta el 1º de octubre de ese año, fecha en la que regresó al puerto del Callao. Sin embargo, el "Abdón Calderón" sufrió graves roturas en su caldera, al coaccionar su partida3​ y camuflarse en  la espesa vegetación existente en el Canal de Jambelí y estero de Santa Rosa.
Dependiendo del documento militar oficial ecuatoriano, el BAP Almirante Villar del Perú obtuvo considerables daños de parte del BAE Calderón, incluso en  la actualidad no se ha encontrado las pruebas imprescindibles para favorecer tal interpretación  y demostrar con pruebas verídicas que el destructor peruano recibiera impactos y resultara accidentado, de acuerdo al informe  del Comandante del buque, el teniente de fragata  ecuatoriano Rafael  Morán Valverde, a cargo del "Abdón Calderón", presumió haber logrado el triunfo. ​
El Calderón fue construido en Glasgow  Escocia Inglaterra, en 1884 para la compañía Adam Greulinch de Valparaíso-Chile, lugar donde obtuvo el nombre de Chaihuín, era un barco pesquero a vapor, luego lo transformaron en nave de guerra .En la presidencia de José Plácido Caamaño en 1886, Ecuador lo adquirió por traspaso, incorporándolo a la marina de guerra. Con el nombre de Cotopaxi. Luego lo  denominaron en el decreto presidencial con el nombre de Abdón Calderón, trascurriendo los años, en  1961 fue  separado del servicio activo para reconstruirlo y convertirlo en un Museo Memorial en que se pueda apreciar la historia de la Batalla de Jambelí.  El BAE  Cañonero Calderón, se encuentra actualmente en exhibición en el Parque de la  Armada en Guayaquil adjunto a  la Primera Zona Naval.
¡Gracias a la Fuerza Naval  Ecuatoriana por fomentar el normal progreso de los intereses marítimos mediante la  protección y cuidado de  la soberanía nacional!
En  la presidencia de José María Velasco Ibarra, mediante el decreto ejecutivo No. 465 asignado en la sala del Palacio Nacional en Quito, el 21 de Julio de 1944 se declaró Día de la Marina de Guerra Nacional, el 25 de julio, fecha en que  se liberó el Combate Naval de Jambelí, como agradecimiento al valor, al coraje y al  honor que caracterizan a los marinos de la Patria.
Esta gesta heroica  es recordada anualmente por los ecuatorianos, quienes celebramos actos conmemorativos. Es primordial para la Armada Nacional del Ecuador custodiar un área de aproximadamente  un millón y medio de kilómetros cuadrados, dirigiendo sus esfuerzos al control de actividades ilícitas como: delincuencia común, piratería, tráfico de estupefacientes, transporte ilegal de personas, pesca ilícita, tráfico de armas, contaminación marina, costera y fluvial de nuestro territorio.


CANTONIZACIÓN DE QUININDÉ 3 DE JULIO DE 1967






Recordando la cantonización de Quinindé
Quinindé fue considerado  cantón el 3 de julio de 1967.  La Asamblea Constituyente aprobó la cantonización de Quinindé el 8 de junio de 1967, por medio  del Decreto N°122 de fecha 3 de julio. Recientemente, Quinindé cuenta con seis parroquias, dentro de ellas se ubica La Unión de Quinindé.
Rosa Zárate, también conocida como Quinindé, es una ciudad ecuatoriana; cabecera cantonal del Cantón Quinindé, así como la segunda urbe más grande y poblada de la Provincia de Esmeraldas. Se encuentra al norte de la región litoral del Ecuador, creada sobre una  llanura amplia, entre los ríos Blanco y Quinindé, a una altitud de 85 msnm y con un clima lluvioso tropical de 27°C en promedio.
En el censo de 2010 tenía una población de 28.928 habitantes, considerada como la cuadragésima sexta ciudad más poblada de la nación. Sus orígenes remota del siglo XIX, pero es a mediados del siglo XX, debido a su  ubicación geográfica, se prolonga un incremento  demográfico hasta establecer un gran poblado urbano, que sería, uno de los primordiales núcleos urbanos de la provincia. Es uno de los principales centros administrativos, económicos, financieros y comerciales de Esmeraldas. Las actividades fundamentales de la ciudad son la agricultura, la ganadería y el comercio.
El nombre de Rosa Zárate, se debe a una mujer quiteña que escapando con su esposo el patriota Nicolás Peña fue fusilada cerca de su esposo en Tumaco en el año 1813   por el ejército realista español entretanto huían de la persecución. Un año antes ellos dirigieron en Quito el asalto y ejecución del Conde Ruiz de Castilla Presidente de la Real Audiencia de Quito.
La Parroquia Rosa Zárate fue fundada en octubre de 1916, favoreciendo la gestión del capitán  Simón Plata Torres. La parroquia Rosa Zárate, se inició  con  pocas familias en aquel tiempo,  estableciéndose  en un pueblo pequeño de agricultores, después del  incremento poblacional, fue necesario ir a la ciudad de Esmeraldas por el río Esmeraldas. En 1953, la palma africana florece en Ecuador con una plantación de 50 hectáreas, no como cultivo comercial sino  con la finalidad de observar su adaptación a las condiciones ecológicas del Ecuador.
En Quinindé el Sr. Scott de origen norteamericano, comenzó a sembrar palma africana, en el sector de La Concordia, seguidamente lo hicieron: Antonio Granda Centeno, Pier  Herk y Carlos Becdach. Comercialmente, el cultivo se aplica, por el año de  1962 y al principio de su desarrollo ocurre en 1970, cuando se siembran cerca de 2.500 hectáreas.
Su progreso, obligó a gestionar la cantonización, mediante una gran asamblea, se organizó el comité pro-canonización, quien animó en reunir todos los requisitos impuestos por la ley.
Se cantonizó  conjuntamente con el Cantón Santo Domingo (Provincia del mismo nombre) y el cantón El Carmen (Provincia de Manabí). La cantonización tuvo lugar en la Asamblea Constituyente de 1967, el 8 de junio y se publicó en el Registro oficial, el 3 de julio del mismo año, de acuerdo  al dictamen ejecutivo No 112.                                                                        
Es importante mencionar que el 1 de febrero de 1972, capitales transnacionales compran las haciendas bananeras de la Compañía bananera "Astral",  formando las empresas Tatiana y Palmeras de los Andes, refiriéndose a la misma entidad,  sembrando palma africana e instalan una planta extractora de aceite.
En 1983, Don Jorge Dávalos se reúne con los señores: Fernando Morlás, Jacobo Moya, Henry Banmorcela y el general Américo Álava para conformar la empresa Agroindustrias Quinindé Sociedad Anónima (AIQUISA); continuando esta labor, en 1993 se reúnen 100 emprendedores caballeros y forman una nueva extractora de aceite de palma africana: PALCIEN. Estas tres empresas quinindeñas dieron lugar al florecimiento a un nuevo esplendor económico, que distancia nuestro Cantón de la centralización y diversifica su producción agrícola y ganadera.
Quinindé, siempre proporcionó el banano, café, cacao, en  realidad, además de estos productos tradicionales, el cantón es el principal en la producción de palma africana y recursos forestales. Por lo que captó la atención  gentes  agricultoras, como de Loja y gran número de la sierra.
En este bello cantón se inicia el río Esmeraldas al unirse los ríos Blanco y río Quinindé. Quinindé está localizado en un terreno debidamente llano, naturalmente las elevaciones más relevantes son   Cupa y Cojimíes. Esta particularidad del terreno demuestra que sus tierras son muy apropiadas para las actividades agrícolas y pecuarias. Del territorio conocido como El Mirador hacia Viche el terreno es alto e irregular. El clima de Quinindé es tropical lluvioso, con dos estaciones climáticas: sequía y lluvias.
Por el lapso de varios años  la única vía fluvial era   la que  podía acceder  hasta Quinindé;  a través de los ríos antes indicados que, utilizando balsas, lanchones en el tiempo del banano, hasta la época de los años 60 cuando se originó la construcción de  la carretera Esmeraldas- Quinindé - Santo Domingo.
La vía Marginal de la Costa  se origina en la ciudad de Quito y recorre hacia Muisne hasta San Lorenzo, es decir, sur y norte de Esmeraldas. Esto ha facilitado un magnífico movimiento comercial en la Ciudad, especialmente los días domingos, donde se incrementan las ferias. En todas las avenidas de la ciudad se percibe la presencia de pequeños e informales comerciantes que venden sus productos a quienes más los desean, los campesinos. Así los comuneros o campesinos mantienen la economía de Quinindé,  de manera indirecta, realizan el sistema antiguo del trueque, o sacando sus productos agrícolas y con el dinero que reciben compran todas las provisiones que los  proveen   durante    la semana.
Encontramos variados los platos típicos de nuestra gente: el en cocado, tapado, rellena, bollos, caldo de manguera (rellenas), chucula de chontillas,  chonta y maduro, casabe de guineo, fruta de pan, pipas heladas y las deliciosas cocadas negras y blancas; se puede servir con diferentes clases de jugos de frutas como: guanábana, borojó, arazá y maracuyá, badea.
A través de  las carnes y mariscos preferidos para la preparación de estos platos tenemos: la guaña, camarón de río, tilapia, cangrejo, gallina criolla, guanta (peligro de extinción); mezclado con: plátano, coco, maní, maduro, albahaca, chillangua  y orégano forman las combinaciones magníficas al instante de preparar estos manjares.
El transporte público  de buses es entre parroquias y cantones para  localidades cercanas. Buena parte de las calles de la ciudad están asfaltadas o adoquinadas, aunque algunas están desgastadas y el resto de calles son lastradas, principalmente en los barrios nuevos que se extienden en e l contorno de la población.
Avenidas principales
·         5 de agosto
·         6 de diciembre
·         Jimmy Anchico
·         Nueva Jerusalén
·         3 de julio


DIA DEL DEPORTE ECUATORIANO 26 DE JULIO







¡Viva el día del  Deporte Ecuatoriano, que mejora el estilo de nuestra vida!
El gobierno ecuatoriano en 1997 mediante el acuerdo N°3401  expedido por el Ministerio de Educación, Cultura  y Deporte declara el 26 de julio el Día del Deporte Ecuatoriano, fecha  que nos recuerda la histórica medalla de oro conseguida por Jefferson Pérez Quezada de 22 años de edad en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996.
Esta medalla fue la primera en la historia del país y  es recordada para celebrar el deporte ecuatoriano. Pérez, quedó inscrito como un símbolo del deporte, por haber sido el primero y hasta ahora  el único deportista ecuatoriano que ha logrado integrarse al medallero olímpico mundial (oro en Atlanta 96 y plata en Beijing 2008) sino también por sus medallas doradas en los campeonatos mundiales Paris 2003, Helsinki 2005 y Osaka 2007 en los 20 kilómetros marcha.
La Secretaria del Deporte Ecuatoriano impulsa  a realizar actividades deportivas, donde niños, jóvenes y adultos mejoren su calidad de vida y promuevan el uso adecuado del tiempo libre. Así como evitar el sedentarismo que existe en nuestro país y afecta a más del 40% de la población.
El Deporte en el Ecuador ha crecido, revelando los logros obtenidos por deportistas paralímpicos en representación de nuestro país, hoy el Deporte Paralímpico  es un alusivo histórico gracias al apoyo y trabajo del Ministerio del Deporte, Comité Paralímpico Ecuatoriano y Federaciones Ecuatorianas de Deportes para Personas con Discapacidad Visual (FEDEDIV), Física (FEDEPDIF), Intelectual (FEDEDI) y Auditiva (FEDEPDAL).